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Antes de crecer



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relato-s con los que cuenta el libro.  Tendran que pedir el libro físico para poder leerlos todos y para que este ocupe también un espacio físico dentro de sus espacios. Estoy dispuesto a enviar el libro a cualquier sitio; ya que de hecho siendo sincero no le tengo ningún sentido de pertenecía. 


Agua estancada

Estoy con los pies en el agua. 

No en el agua de mar, tampoco la de río. Mis pies se sumergen en el agua estancada, “el agua de las ranas”.        ¡Malditas ranas!

Estoy sentado al borde del agua. Tengo un cuaderno con hojas amarillas, como mis dientes. Detesto los dientes blancos desmedidos. La gente es tan idiota que no sabe siquiera, cual es el color original de los dientes.

Sigo aquí. Bajo la luna y una palmera que los gusanos  devoran. Estoy con los pies en el agua, el agua de las ranas. Han lograda desorientarme, al punto que mi creencia se ha vuelto una duda y no se, si esta acumulación de agua, es mía o de ellas. !               

¡Malditas ranas!

¡Con seguridad no hay duda alguna!  Están ocupando mi territorio. Y yo… débil mortal,  creyendo que todo ser vivo debe tener casa propia, las dejo estar, habitar  y follar.

“Mi bondad me llevara a la perdición”. Ya me lo han dicho, en varias oportunidades. 

¡Pero ya no más! Han bebido mi último vaso de paciencia y elevando mi cansancio hasta el borde del vaso. 

Estoy de acuerdo que el silencio se puede volver ensordecedor por momentos, pero su canto es insoportable. Todo aquel que vive cerca a una acumulación de agua estancada, sabe de qué hablo. Sus chirridos con falta de afinación total no me dejan escuchar “round midnignt”de Davis; tampoco el ruido del viento.     

¡Malditas ranas!

Tiempo atrás tuve la oportunidad de matarlas

. Una muerte poco placentera, pero muy común para esta especie de anfibios -larvas en su edad inicial-. 
No dejando pasar el aire. 

Pero fue inútil; mi persona es incapaz de matar a un ser vivo. 

“Mi bondad me llevara a la perdición”  Ya te lo he dicho. 

¡Eso sí!  Matar a los humanos me causa placer.    ¿Cómo?  No dejando pasar el aire. 

No las he matado y hoy sus chirridos con falta de afinación total me están causando paranoia. Estoy desorientado.

Aun así sé que estoy con los pies en el agua, y se preguntarán porque solo los pies.   

 

 -   “No podría meter todo mi cuerpo. Ellas están allí. Siempre en vigilia y al acecho. Creo que tienen hambre.  Sí. Eso podría ser” -.










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